lunes, 30 de diciembre de 2013

Sobre los juegos de mesa y la cultura

Hace ya unos días, surgió un debate de entre las decenas de interesantes cuestiones que se generan a diario en la ludosfera. El tema lo planteaba un usuario en la BSK, a raíz de una sección del podcast El Tablero (el cual recomiendo encarecidamente), donde Xavi Carrascosa sacaba a relucir este tema: ¿Son los juegos de mesa cultura?

Antes de entrar en materia, he de decir que me ha resultado chocante el escaso interés que ha despertado este asunto entre los usuarios: en casi un mes de actividad, el hilo se ha desarrollado a lo largo de solamente 6 páginas, donde muchas de las opiniones vertidas se limitan a una vehemente frase del estilo “Sí, los juegos de mesa son cultura”; o a un más escueto “+1”. Para estar hablando de un foro con casi 7.000 usuarios, donde se vierten ríos y ríos de tinta (virtual) por cualquier nimiedad, me parece una actuación bastante pobre por parte del respetable.

Pero vayamos al tema: ¿son los juegos de mesa cultura? Lo primero que queda claro leyendo los primeros comentarios del hilo y escuchando a la antropóloga que colabora con el sr. Carrascosa, es lo complicado que resulta dar con el enfoque correcto del concepto “cultura”. Si nos planteamos la cuestión basándonos en un espectro muy amplio del término, parece que todo el mundo está de acuerdo. ¿Son los juegos de mesa cultura? Claro que sí, tal y como pueden serlo una piedra, un cubo de basura, o incluso un bote con heces humanas*. Tal y como se indica en uno de los comentarios “Absolutamente todo lo que hacemos puede recibir la etiqueta de cultura si se ve con suficiente perspectiva.”  

Resulta sorprendente ver que, llegados a este punto aparentemente muerto por ser el enfoque utilizado demasiado impreciso, no se busque concretar para que se pueda mantener vivo el debate (o por lo menos para clarificar conceptos), sino que se desvía la atención del planteamiento principal, tal y como hace un mago en el momento de ejecutar su truco. Hablamos de las jerarquías en la cultura, de la perdurabilidad de los juegos de mesa como bien cultural,  de los juegos de mesa como arte, del concepto de “cultura” como etiqueta y de lo adecuado (o no) de utilizar este concepto, etc… Pero añadir todos estas ideas, accesorias a estas alturas, es realmente esconder el hecho de el concepto de “cultura” que estamos utilizando es demasiado vago como para llegar a una conclusión realmente útil.

Intentemos ser más precisos. ¿Qué es jugar? Se podría definir como una actividad recreativa, que además puede ser una experiencia educativa. ¿Podemos  entonces considerar jugar como una actividad cultural? Depende. Podríamos decir que sí, siempre y cuando pasemos por alto el hecho de que jugar no es una actividad exclusiva del ser humano. Los animales, al igual que nosotros, también utilizan el juego como  diversión o como actividad educativa. Pero tampoco nos vamos a pasar ahora de precisos, porque si hilamos demasiado fino terminaremos comparando a Mies van der Rohe con un castor, o con una colonia de termitas.   

Entonces, si jugar es cultura (aunque dicho con la boca pequeña), ¿podemos considerar los juegos de mesa como cultura? Pese a que los juegos más antiguos descubiertos daten aproximadamente del 5.000 a.C., hay una hipótesis bastante interesante, que afirma que probablemente, las cosquillas, combinadas con la risa, fueron una de las primeras actividades lúdicas del ser humano, al tiempo que una de las primeras actividades comunicativas previas a la aparición del lenguaje. Este dato en apariencia irrelevante, nos aporta algo nuevo: el hecho de que los juegos (como objeto físico), no son necesarios para disfrutar de una experiencia lúdica. Por lo tanto, los juegos de mesa pueden ser una herramienta, pero no son cultura por sí solos.   

Entonces, ¿podemos entonces considerar un juego como un bien cultural? Si partimos de la definición de bien cultural (herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que ésta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras), creo que el término nos queda un poco grande. Por otro lado, si como en el punto anterior intentamos ser  más flexibles, lo más probable es que terminemos de nuevo en el impreciso punto de partida, ya que tendríamos que incluir como bien cultural no sólo los juegos de mesa, sino un amplio abanico de objetos mundanos y tan aparentemente ajenos al mundo lúdico como un pañuelo, una cuerda, una pieza de tiza o un clavo de vía**.

Así que, ¿son los juegos de mesa cultura? Después de todo lo visto anteriormente, creo que no, lo que me lleva al siguiente planteamiento: ¿realmente importa? La verdad es que no lo veo necesario en absoluto. Es más, creo que es algo que ni siquiera nos atañe, dado que en todo caso, deberían ser los profesionales del sector los que luchen por conseguir alcanzar esa dignidad de alta cultura***, no los usuarios. Además, ¿qué pasaría si los juegos de mesa alcanzaran la categoría de bien cultural? ¿Tendrían un IVA superreducido, tal y como ocurre con los libros? Sin duda ésto sería una buena noticia, pero ¿dejaría vía libre para que el siguiente paso fuera el control del precio de los juegos de mesa por parte de las editoriales? La verdad es que no lo sé, dado que mis conocimientos sobre este tema son nulos (aprovecho para lanzar este guante, para ver si alguien más ducho en la materia quiere arrojar algo de luz sobre este punto). 


En resumen, los juegos de mesa son una herramienta terriblemente útil y divertida que nos ayuda a generar una experiencia lúdica. Algunos están ilustrados como auténticas obras de arte, otros son elegantes y con unas reglas que casi son literatura por sí mismas. Pero no nos engañemos; por mucho que haya mejorado en panorama lúdico en nuestro país, los juegos de mesa siguen siendo un hobby; un mero entretenimiento que forma parte de nuestra cultura, tal y como lo son lanzar una cabra desde un campanario o el toro de Osborne. Y sacarlos de su lugar en el mundo para intentar venderlos como un bien de primera necesidad, o como cultura con mayúsculas, no parece otra cosa que un ejercicio de ombligocentrismo, una necesidad de satisfacer nuestro ego (en ocasiones tan mal entendido), dándole a un mero divertimento un aura de “sofisticación” que realmente no necesita.    


* Tres ejemplos de objetos utilizados en actividades culturales, como son el levantamiento de piedra en la cultura vasca; la utilización de un cubo de basura como elemento de percusión, tal y como hacen grupos como Stomp  o Mayumaná; e incluso formar parte de una obras artística como la polémica serie del artista conceptual Piero Manzoni, “Mierda de artista”.

** Elementos utilizados en juegos como el pañuelito, la comba, la rayuela o el inque.

*** ¿Donde termina la "alta" cultura y comienza la cultura "popular"? Un dato curioso: un abono para una temporada completa de ópera en el Liceu de Barcelona se puede conseguir por 65 euros. Un abono de temporada para el Camp Nou cuesta 125€ (aunque si es la primera vez que se solicita hay que pagar tres temporadas más a fondo perdido). 

10 comentarios:

  1. Bonito intento, de verdad, negando ni siquiera el concepto de "artefacto cultural" que te hubiera aceptado, pero creo que estas totalmente errado en tu disertación. Ni siquiera como “sub-cultura” los clasificas, le niegas "el pan y la sal" al concepto y no le das importancia.
    Evidentemente para ti entonces, ni los comics, ni el cine, ni los videojuegos son cultura... a si perdona esto si ¿o no?, y por extensión la literatura y el teatro que son sus padres, o ¿esto tampoco? .
    No entiendo porque metes en el mismo saco a un simple "juego social o infantil" y a un Puerto Rico... no lo entiendo. Un juego es literatura, es ilustración , es artes aplicadas, es conocimientos, todo junto, y si esto es cultura por separado por que narices su conjunción ¿NO ES CULTURA?. Tu hablas de simple entretenimiento , bien, dime porque el cine y la literatura es cultura, si en estos medios NO puedes interactuar con el elemento para poder modificarlo y mejorar la experiencia y en cambio en un juego SI. ¿NO es mejor que sea así?.¿no lo hace más cultural?

    No me has convencido, los juegos son cultura, como mínimo un "artefacto cultural" , no se si son el 12ª Arte (los videojuegos es el 11), pero por lo menos estoy seguro que son "artes aplicadas". Con el resto del artículo no estoy de acuerdo ;) , pero por favor sigue haciendo comentarios .

    Un saludo

    ACV 8) - Antonio Catalán
    http://www.boardgamegeek.com/boardgamedesigner/3585/antonio-catalan

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  2. Gracias por tu aporte Antonio.

    Insisto en que viéndolo desde un punto de vista general, los juegos de mesa son parte de nuestra cultura, ya que son una herramienta que nos ayuda a generar una experiencia lúdica. Si quieres denominarlos "artefactos lúdicos", me parece perfecto. Pero es que si interpretamos cultura como una práctica realizada por una sociedad a través del tiempo, prácticamente todo lo que provenga del ser humano es cultura, desde las pinturas rupestres hasta la carrera espacial, pasando por prácticas tan aberrantes como la ablación genital que practican diversos pueblos africanos hasta la necrofagia de las tribus de Papúa.

    Pones como ejemplo el cine. ¿Es cultura? En líneas generales sí, claro. Pero siendo un poco más específicos ¿Todo el cine es cultura? Ya no hablo de si es cine comercial o de autor. ¿Es cultura la serie B, la serie Z, o el cine X? ¿Y las snuff movies?

    Este artículo no trata de denigrar los juegos de mesa, sino que es un intento de evitar el efecto contrario. Elevar los juegos de mesa a algo más que lo que son puede ser tan nocivo como considerarlos "una cosa de críos".

    No obstante y pese a que una vez más no estemos de acuerdo en nuestro punto de vista, reitero mi agradecimiento por tu intervención.

    Un saludo

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    1. una cosa de crios, antes se hablaba de niños y mujeres. Lo importante es ser preciso pero también imaginativo. Entender los juegos de mesa para es mi es mucho más sencillo dentro del ambito de la cultura, de su creación y de su consumo.
      Poco me importa que haya cultura que me guste más que otra, o mejor que otra (que no es lo mismo). Buena o mala, pesima o excelente son todas formas de cultura,
      Un juego de mesa es un producto cultural como lo es un libro de belen esteban o fiodor dostoievski, una película de tarkovski o de Ozores. Proporciona entretenimiento y ninguna otra especie en este planeta dedica tanto tiempo y esfuerzo en entretenerse. Porque eso es la cultura, entretenimiento que no civilización.

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    2. Hola Levmishkin, gracias por tus comentarios.

      Una vez más al final volvemos a un punto anterior al debate en sí y que comento en la respuesta dada a ACV en el siguiente mensaje, para no repetirme ;-) .

      Respecto a tu afirmación de que somos la especie que más tiempo y esfuerzo dedica a entretenerse, creo que es un tanto atrevida. Puede que seamos los que más recursos dedicamos a crear un entretenimiento sofisticado, pero teniendo en cuenta que dedicamos (de media) 8 horas a dormir, 8 horas a trabajar y aquellos con cargas familiares podemos decir que dedicamos al menos unas 4 horas a la familia, amén de otras actividades tales como alimentarnos, desplazarnos, etc ¿cuántas horas reales le dedicas a jugar?

      A este respecto, te recomiendo la lectura de este (en mi modesta opinión) interesante artículo acerca de los juegos en los animales: http://www.galeon.com/fierasysabandijas/arcart/juegos.htm, del que quiero destacar una frase que creo que resume bastante bien la diferencia de enfoque que tenemos con este tema:

      Como dice el naturalista Edward O. Wilson en su obra Sociobiología: “cuando un animal juega se está preguntando qué puede hacer él con el objeto, en lugar de qué puede hacer el objeto”.

      Creo que nosotros (como en muchas otras cosas, por desgracia), una vez más vamos contra natura, empeñándonos en darle importancia a "qué puede hacer el objeto" en lugar de preguntarnos "qué podemos hacer con él".

      Un saludo

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    3. respondo corriendo. Yo creo que lo hacemos es pensar "¿que objeto creo para entretenerme? Un palo no me basta. La innovación es una carcteristica de la industria cultural (y de la cultura) y en ese aspecto los juegos de mesa son como un libro.
      De todas maneras el entretenimiento, o lo que es lo mismo la cultura, o al menos una parte de la cultura, se consigue con productos como libros, películas, fotografias ¿por qué el juego de mesa no compite en esa categoria? ¿es un deporte, es una actividad productiva, es una tradición?

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    4. Suena poético, pero la realidad es que ese pensamiento corresponde más a los creadores de juegos que a los consumidores de los mismos. El nuestro sería más bien "con qué objeto me entretengo ahora".

      No dudo que la innovación sea una característica de la industria cultural, pero no considero que ésta sea un sinónimo de cultura. Extraido de la Wikipedia, sobre la industria cultural, uno de los teóricos que acuñó la expresión la definió como "la prolongación del trabajo bajo el capitalismo tardío, buscado por quien quiere sustraerse al proceso del trabajo mecanizado para ponerse de nuevo en condiciones de poder afrontarlo".

      Creo que ésto dista mucho del concepto de cultura, pese a que haya hasta 164 definiciones distintas de la misma (puede que por eso estemos destinados a no entendernos en este debate).

      Por otro lado, nadie pone en duda que los juegos de mesa sean una forma de entretenimiento (y hablo de entretenimiento porque no creo que todo el entretenimiento sea cultura).

      Un saludo

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  3. Sr Smithee . Agradezco su respuesta, pero sin compartir sus conclusiones. Viene a decir que hay "arte bueno y arte malo" y "arte con mayusculas y minusculas" por la sencilla razón que gusta más a unos que a otros, no me parece coherente. Yo no me conformo llamar a un juego "artefacto lúdico" (como una pelota, o una bicicleta), pero si me conformo con llamarlo "artefacto culutural", al mismo nivel que un libro, una película, un comic o un video juego. No soy un experto en deficiniciones sesudas pero aunque solo sea por comparación, tengo de equiparar los juegos a otros referentes que si se llaman cultura y para mi los juegos son equiparables a ellos, sin discusión.

    Te copio una respuesta que he dado en facebook hace poco a Lev Mishkin sobre el tema:
    "Lev con un concepto de cultura (en general) , respeto al creador como responsable de "artefactos culturales" (como para cualquier escritor) , el reconocimiento como una "arte aplicada" (como el diseño editorial) y una equiparación como a los videojuegos o el comic (como arte) , me daria más que satisfecho. No se porque la gente quiere seguir con la percepción que los juegos son "para niños" y infravalorar la creación al nivel del "escondite"...en fin, para mi SON CULTURA, no se si en mayusuculas o en minusculas pero son iguales que el cine, los vidojuegos o los comics, si los llaman CULTURA, yo (nosotros) no somos menos y quiero que me llamen CULTURA, quizas para que me maltraten tanto como al resto de "artefactos culturales"

    Yo no soy un teórico, pero tengo de respetar un comentario en mi facebook del Dr. Antonio Jose Planells, Doctor en Comunicación Audiovisual:
    "Los juegos han sido de élites y de la plebe según el paso del tiempo. Y, en ambos casos, objetos culturales. Los animales son sociales y viven en su propia cultura; los hombres socializan y crean cultura mediante el juego y el proceso mimético (como también hacen, por ejemplo, los chimpancés o los tigres). El juego es cultura, antes que nada, porque es el catalizador básico de la socialización. A partir de ahí se le añaden muchas más cosas."

    Yo no se razonar tan bien, pero "me gusta como suena" ;)

    Un saludo y siga con su blog, me gusta (aunque se prodiga poco), por cierto, porque no pone las letras en negro sobre fondo blanco?, va fatal para leer.

    ACV 8)

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    1. No, Antonio, tu postura es la que busca que haya un "arte bueno" y un "arte malo". Un juego de mesa es cultura, exactamente al mismo nivel que lo es el libro de Belén Esteban, tal y como indica Lev Mishkin (mal que nos pese). Se trata de no buscarle tres pies al gato. Es en el momento en el que se intenta dar un valor añadido, un plus de sofisticación, donde se empieza a hacer una división que a mi tampoco me parece coherente.

      Un claro ejemplo de esta incoherencia es que hagas hincapié en el hecho de que los juegos tengan que ser considerados como CULTURA, cuando luego tú mismo desprestigias a determinados juegos sociales, relegándolos a la categoría de "juego infantil", solamente para dotar de una "exquisitez" a otros juegos, como el Puerto Rico.

      Sinceramente, amigo Antonio, creo que "un juego infantil" como puede ser la rayuela, tiene más derecho a ser considerado un artefacto cultura que un Puerto Rico, aunque solamente sea por la el hecho de haber tenido una penetración mucho más profunda en nuestra sociedad a lo largo de los años.

      Gracias por los ánimos y espero que con este nuevo fondo se haga más cómoda la lectura.

      Un saludo

      P.D. Pese a que yo ya me haya tomado la licencia de hacerlo, te rogaría que me tutearas, pese a que no nos conozcamos. No hay necesidad de darle a estas conversaciones formalismo alguno

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  4. Los animales comen para alimentarse; pero los seres humanos lo elevan, y comen como un acto socializador y hasta lo elevan a otro nivel y van a El Bulli. Hay animales que disfrutan con el sonido que producen dos palos al ser golpeados; los seres humanos han creado la 9ª Sinfonía de Beethoven. Hay animales que se comunican entre ellos con aullidos para representar un peligro inminente o indicar dónde hay comida; los seres humanos han escrito El Quijote. Los cachorros de los felinos juegan entre ellos, simulan ser predador y presa, y nuestros gatitos cazan ratones de felpa; los seres humanos han creado el Dungeons&Dragons, el Ajedrez y el Twilight Struggle.

    Comer, sonidos (arte en general), comunicarse y jugar son características propias de los mamíferos (y de algunos pájaros). Mediante la culturalización de estos actos (es decir, no la memoria genética sino la memoria traspasada de padres a hijos en un hecho cultural) es como los grupos, las sociedades, de animales (el ser humano incluido) hacen patentes qué es lo que son, como un hecho propio. El ser humano tiene un nivel cultural mucho más elevado (gracias al lenguaje) y convierte estas necesidades en un acto de mayor relevancia cultural. Porque eso es lo que hacemos, eso es lo que somos.

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    1. Hola Gregorio, gracias por tu comentario.

      Está claro que jugar forma parte de nuestra cultura, pero sinceramente, creo que tienes al ser humano en demasiada alta estima ;-)

      Tal y como tú mismo explicas, el ser humano coge una necesidad, como puede ser la de alimentarse y la transforma en una acto de vanidad. Fomentamos la anorexia adorando a mujeres de talla 38, mientras creamos sociedades de obesos mórbidos a base de alimentarlos con basura. Cebamos nuestra comida con esteroides, modificamos genéticamente plantas que dedicamos al consumo.

      Erradicar el hambre en el mundo es posible, pero en lugar de centrarnos en acabar con esa lacra, nos dedicamos a asombrar al mundo que es posible freir un huevo en nitrógeno líquido y venderlo a precio de oro porque además está aliñado con sal del Tíbet. ¿Y todo para qué? Para alimentar nuestro ego; para demostrar que somos el mono más listo.

      Pues exactamente esto mismo (a un nivel mucho más doméstico, claro está), es lo que pretendía expresar en mi artículo. No necesitamos decorar los juegos con etiquetas que demuestren lo culto que es jugar a juegos de mesa.


      Un saludo

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